Las alcachofas son uno de esos manjares que nos conectan con la tradición y la cocina casera. Con una receta que pasa de generación en generación, las alcachofas de la abuela son un plato que nunca pasa de moda y siempre deja a todos sorprendidos por su delicioso sabor.
Pasos para preparar las alcachofas de la abuela:
Selecciona las alcachofas frescas
Para empezar con esta receta, es imprescindible elegir alcachofas frescas y de calidad. Busca aquellas que tengan un color brillante y hojas compactas, para asegurarte de que estén en su punto óptimo.
Limpia y prepara las alcachofas
Una vez seleccionadas las alcachofas, procede a limpiarlas adecuadamente. Retira las hojas exteriores más duras y corta las puntas de las hojas para eliminar las partes fibrosas. Luego, sumérgelas en agua con limón para evitar que se oxiden.
Haz el relleno de las alcachofas
En un bol, mezcla pan rallado, ajo picado, perejil fresco, sal, pimienta y un chorrito de aceite de oliva. Esta mezcla será el relleno que dará un sabor único a tus alcachofas.
Rellena las alcachofas
Con cuidado, separa las hojas de las alcachofas y rellénalas con la mezcla preparada anteriormente. Asegúrate de distribuir el relleno de manera uniforme para que todas las alcachofas queden perfectamente sabrosas.
Cocina las alcachofas al vapor
Coloca las alcachofas rellenas en una olla con un poco de agua y un chorrito de aceite de oliva. Tapa la olla y déjalas cocinar al vapor a fuego medio durante aproximadamente 30-40 minutos, o hasta que estén tiernas.
¡Disfruta de las alcachofas de la abuela!
Una vez cocidas, retira las alcachofas del fuego y sírvelas caliente. El sabor casero y tradicional de esta receta te sorprenderá y te hará sentir como si estuvieras en la mesa de la abuela.
¿Se pueden añadir otros ingredientes al relleno?
¡Claro! Puedes personalizar el relleno de las alcachofas de la abuela añadiendo ingredientes como jamón serrano, queso rallado o frutos secos para darle un toque extra de sabor.
¿Cuál es la mejor época para comprar alcachofas?
Las alcachofas suelen estar en su mejor momento durante la primavera, pero dependiendo de la región, pueden encontrarse también en otras épocas del año. Opta siempre por las más frescas y de temporada para disfrutar al máximo de su sabor.